«FERIADO DEL 2 DE ABRIL POR LA GUERRA DE MALVINAS».CONFLICTO CON GRAN BRETAÑA SOBRE LAS ISLAS MALVINAS.LAS CONSECUENCIAS POLÍTICO-MILITARES DE LA GUERRA DE MALVINAS


CONFLICTO CON GRAN BRETAÑA SOBRE LAS ISLAS MALVINAS.

El conflicto bélico con gran Bretaña fue, sin lugar a dudas, uno de los hechos que más repercutió en la historia de nuestras relaciones internacionales durante la década de los 80.

SITUACIÓN DEL CONFLICTO DURANTE LA PRIMERA ETAPA DEL PROCESO

Como consecuencia del incidente de “shackleton”, las relaciones británicas – argentinas, se deterioraron notablemente, tanto fue así, que el retiro del embajador argentino de Londres se mantuvo durante varios años.

El golpe militar que desplazó del gobierno a la señora Perón, dio prioridad a la situación política interna, de modo tal que determinadas cuestiones quedaron en segundo plano, o pasaron inadvertidas, motivo por el cual no se conoció la ocupación por efectivos de la armada argentina de la isla Thule -perteneciente al grupo de las Sándwich del Sur-; sin embargo, dicha situación provocó protestas formales de la chancillería británica, las cuales fueron desestimadas por el gobierno argentino aduciendo que los ocupantes realizabas expediciones científicas. Esta situación fue tolerada por el gobierno británico con el fin de evitar una factible respuesta militar argentina en caso de querer desalojar a los ocupantes de aquella.

Tanto la armada como el ministro de economía –Martínez de Hoz- eran los que sostenían una posición mas inflexible sobre las negociaciones de paz, por ello este último realizó un viaje a Londres producto del cual trajo una propuesta a fin de evitar nuevos conflictos, ella fue: la posibilidad de desarrollar tareas conjuntas de exploración y explotación de las tareas económicas de las Islas, bajo una administración compartida entre ambos gobierno, pero esto fue desaprobado por los mandatarios argentinos.

Como consecuencia de ello, a mediados de 1977 Gran Bretaña, ante un eventual choque armado, mando un submarino nuclear y dos fragatas misilísticas como fuerza de disuasión.

Durante el primer año del gobierno del “Proceso de Reconstrucción Nacional”, el comandante de la armada presentó a sus pares de la Junta Militar una solicitud de fuerza para que se procediera a la recuperación definitiva del archipiélago austral pero como no tenía un proyecto definido el Jefe de Estado Mayor del Ejército solicitó más detalles sobre el plan, a fin de adoptar una solución definitiva, entonces Massera comisionó al almirante Ayala para que lo elaborara. Mas luego la designación de Viola como presidente de la Armada pareció “enfriar” los planes de Galtieri y Anaya sobre el conflicto de las islas.

A fines de 1981 asume al poder Galtieri con apoyo de Anaya y a partir de allí son elaborados los primeros planes para el desembarco de tropas argentinas a Malvinas. Galtieri que había logrado imponer en los Estados Unidos la idea de que Argentina sería el mejor aliado para el presidente Reagan, porque varios aspectos de la política exterior argentina así lo demostraban, se autodenominó como el “niño mimado del poder norteamericano” y dio por seguro el apoyo de Estados Unidos al gobierno argentino en la recuperación de las Malvinas. Pero luego la situación cambio notablemente.

Sin perjuicio de ello, antes de lanzar una invasión, el gobierno argentino intentó una solución diplomática tanto ante las Naciones Unidos como ante la OEA (Organización de los Estados Americanos). Así fue como en 1982 la Argentina presentó ante el gobierno británico una propuesta para agilizar las negociaciones sobre la soberanía. En ella proponía solucionar la cuestión en forma pacífica, definitiva, rápida y crear una comisión para mantener vigentes las negociaciones, pero los británicos no estaban dispuestos a discutir la soberanía de las islas, motivo por el cual la propuesta fue rechazada.

A fin de 1981, el señor Constantino Davidoff realizó un viaje a las Islas Georgia con el fin de proceder al desmantelamiento de una fábrica ballenera, pero dicho viaje lo realizó sin la autorización de la embajada británica en argentina, lo que derivó en una fuerte protesta británica por afectar la soberanía. Nuevamente en marzo del 1982 un grupo de trabajadores argentinos realizaron un viaje e izaron la bandera argentina, hecho que fue denunciado por un grupo de científicos británicos sosteniendo que su accionar tenía como objetivo la reacción británica y como consecuencia ambos países comenzaron a enviar buques de guerra ante un potencial conflicto armado. Las negociaciones estaban rotas.

RECUPERACIÓN DEL TERRITORIO

El día 2 de abril de 1982, las tropas argentinas lograron recuperar las Islas Malvinas implementando una administración a cargo del general Benjamín Menéndez y mas tarde se denominó Puerto Argentino a la capital del Archipiélago, este hecho sorprendente, suscitó un amplio apoyo, la gente se reunió espontáneamente en la Plaza de Mayo. Todas las instituciones de la sociedad manifestaron su adhesión sin reserva.

Este hecho llevó al presidente Reagan a entrevistarse con Galtieri por encontrarse inquieto por los acontecimientos acaecidos, interviniendo también el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, éste se reunió por primera vez para tratar el tema Malvinas a pedido de Inglaterra, quien argumentó una amenaza del gobierno argentino, lo que provocó que el presidente del consejo invitara a las partes a evitar el uso de la fuerza. Gran Bretaña obtuvo rápidamente la solidaridad de la Comunidad Europea y el apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que votó una resolución declarando a la Argentina nación agresora y obligando el cese de las hostilidades y el retiro de las tropas.

Muchas fueron las negociaciones que se entablaron ante los organismos internacionales arrojando como resultados resoluciones vinculantes para ambos gobiernos, pero ninguna de ella prosperó de la manera pensada. No hubo en las distintas reuniones encabezadas por los funcionarios diplomáticos y los miembros de la Junta Militar resultados positivos. El enfrentamiento militar era casi inevitable.

Mientras tanto un comentario realizado a una editorial llamada “The Economist” provocó gran incertidumbre en el gobierno argentino, cuando el presidente Reagan recalcó su intención de no mantenerse neutral ante el conflicto bélico y manifestó que, en caso de que los misiles comenzaran a volar, sin lugar a dudas, daría su apoyo a Gran Bretaña ya sea imponiendo sanciones económicas o brindando respaldo logístico para la flota británica. El gobierno norteamericano había adoptado una posición conciliadora / mediadora, instando a las partes a mantener la paz, propuso una retirada militar argentina y una administración tripartita. Ambas condiciones fueron aceptadas por la Argentina, si se le agregaba un compromiso a plazo fijo y en forma definitiva de reconocimiento de soberanía sobre el suelo de la Islas – cosa que fue inaceptada por Inglaterra. Ello condujo a que, el 30 de abril, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, el gobierno norteamericano decidiera terminar con su neutralidad y culpó a la Argentina de ser el país agresor promoviendo sanciones económicas en su contra y el 1° de mayo comenzó el bombardeo británico sobre las Islas.

El gobierno militar había intentado presionar a Estados Unidos utilizando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) pero Estados unidos, ya había abandonado su posición neutral.

Los países latinoamericanos mantuvieron su respaldo en favor de la Argentina (que se encontraba cada vez mas sola) conjuntamente con los países del tercer Mundo, así las cosas el presidente peruano – como mediador- presentó una propuesta para el cese inmediato de las hostilidades, pero el hundimiento del ARA Belgrano por el submarino nuclear conqueror provocó que las negociaciones iniciadas por el presidente de Perú quedaran en el vacío.

La guerra acababa de desatarse y a pesar de las desmentidas, la derrota argentina era cuestión de días. El triunfo militar británico trajo como consecuencia la caída del gobierno de Galtieri.

Las fuerzas británicas crearon una fortaleza militar en Malvinas, continuando con la Zona de Exclusión para los buques y aviones argentinos porque nuestro país no ha declarado el fin de las hostilidades.

LAS CONSECUENCIAS POLÍTICO-MILITARES DE LA GUERRA DE MALVINAS

La derrota agudizó la crisis del régimen militar e hizo público los conflictos hasta entonces disimulados.

La caída de Puerto Argentino significó también el fin del gobierno de Galtieri, aunque no por su propia voluntad.

Al día siguiente de la redención el presidente dio un discurso ante la sociedad, pero ya no contaba con el apoyo de la fuerza y luego de varias reuniones los mandos del Ejército acordaron su remoción del comandante. Su reemplazante fue el general Cristino Nicolaides, pero debido a discrepancias entre los miembros de la Junta Militar, se determinó que el ejército se haría cargo del Ejecutivo y nombró al general Bignone para hacerse cargo del poder.

Con el general Bignone comenzó la última etapa del proceso de Reorganización Nacional y su único objetivo ahora era encarrilar la Nación por medio de la democracia.

El fracaso de la administración de Galtieri provocó que tanto la Armada como la Fuerza aérea se desvincularan del gobierno, desintegrándose de hecho la Junta Militar.

En esta nueva etapa, el objetivo era la institucionalización del país y se configuró una nueva Junta Militar conformada por el brigadier Augusto Hughes, el almirante Rubén Oscar Franco y Cristino Nicolaides; quiénes al mismo tiempo crearon la Comisión de análisis y Evaluación de las Responsabilidades en el Conflicto del Atlántico Sur, a fin de que determinada los aciertos y errores cometidos en la guerra de Malvinas. El informe final fue conocido con el nombre de Informe Rattenback

Los altos mandos dieron a conocer su versión de los hechos por medio de un documento con carácter de “Punto Final”. Dicho documento recibió críticas de todos los sectores políticos e incluso del ámbito internacional, y tuvo como finalidad clausurar todo el debate sobre los desaparecidos.

Todo lo sucedido comenzaba a ser hecho público, de manera casi sensacionalista, por una prensa que había decidido olvidar la censura.

El 23 de septiembre, la junta militar promulgó una ley de amnistía (22.924) que amparaba tanto a delincuentes subversivos como a los militares comprendidos en las violaciones de los derechos humanos. Este fue el último acto, también repudiado por la sociedad, realizado por el Gobierno de facto antes de las elecciones del 30 de octubre de 1983, disolviéndose la Junta el 5 de diciembre.

Los militares debían enfrentarse con la evidencia de su fracaso como administradores de un país y como conductores de una guerra absurda.

A medida que la represión retrocedía y perdía legitimidad el discurso represivo, empezaron a constituirse nuevos protagonistas sociales, la crisis económica, los impuestos elevados, los efectos de la indexación, la elevación de los alquileres fueron factores determinantes que cuestionaban tanto la política económica como el manejo del poder

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